- Tags:: 📚Books , ✒️SummarizedBooks , Productivity, Happiness
- Author:: Jenny Odell
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- Link:: ¡Reconquista tu tiempo!: Vivimos con el reloj equivocado y nos está destruyendo. Un manifiesto (Ariel) : Odell, Jenny, Serrano Giménez, María: Amazon.es: Libros
- Source date:: 2024-04-17
- Finished date:: 2024-06-10
- Cover::
Why did I want to read it?
Me leí de la misma autora 📖 Cómo no hacer nada y desde luego, yo tenía que reconquistar mi tiempo.
What did I get out of it?
Me hace gracia porque, claramente a propósito, el libro tiene intercalados muchas descripciones de lugares que la autora va transitando en una excursión y me he sorprendido a mi mismo queriendo pasar muy rápido por esas secciones.
Lo que aquí encontrarás son herramientas conceptuales para reconcebir la relación entre «tu tiempo y el tiempo en el que vives, para pensar sobre lo que ambos tienen que ver. En vez de desesperarme por la creciente disonancia entre los relojes, entre lo personal y lo aparentemente abstracto, entre lo cotidiano y lo apocalíptico, lo que deseo hacer es detenerme por un momento en esa disonancia. (p. 35)
Me lo he llevado bastante a Ser data-driven no es de guapas:
La medida en la que se otorga valor al tiempo de una persona no se expresa exclusivamente en términos de salario, sino también en función de quién hace qué tipo de trabajos y quién debe amoldar su temporalidad a la de quién. (p. 28)
1. ¿El tiempo de quién?¿El dinero de quién?
Anderberg es un fachorro random que menciona:
qué es lo que te está comprando una empresa cuando te paga. Anderberg considera que eso comporta todo un paquete que incluye no solamente trabajo, sino también minutos de vida, presencia física y humillación. (p. 44)
Aunque la sistematización de la gestión del tiempo ajeno se asocia generalmente al taylorismo, las raíces del management moderno pueden detectarse fácilmente ya en las plantaciones de las Indias Occidentales y del sur de Estados Unidos de los siglos XVIII y XIX.” (p. 62)
Pero también las personas negras que habían conseguido su libertad señalaban la similitud entre el asalariado y el esclavo. (p. 65)
Qué aburrimiento. Qué viejo es todo (Todo es más viejo que la Tana):
En The Lowell Offering, una publicación de la década de 1840 dirigida por las trabajadoras de una fábrica textil de Lowell, en Massachusetts, una de ellas escribe lo siguiente: «Me opongo al constante apresuramiento de todo. […] Levantarse antes del amanecer, al toque de la campana —y salir de la fábrica al toque de la campana—, en la fábrica y durante el trabajo, en obediencia al dindón de la campana, como si fuéramos máquinas vivientes». (p. 67)
paradoja: a pesar de que el capitalismo industrial produjo una gran cantidad de máquinas que permitían ahorrar tanto tiempo como traba-jo, parece que, a la vez, no hacía otra cosa que chuparles cada vez más tiempo a los trabajadores. Pero a diferencia de los antiguos griegos, que imaginaban que, algún día, las máquinas podrían sustituir el trabajo esclavo y todo el mundo disfrutaría de un poco de tiempo libre, el capital solo «libera tiempo para apropiarse de él» (p. 71)
(p. 82)
La obsesión con el tiempo no es única del Capitalism:
el sociólogo Michael O’Malley, estas sociedades [sociedades preindustriales] también dedicaban una «atención feroz a ganar tiempo» (p. 73)
El origen del ✍️ La tiranía del Thinker. Intencional, del Taylorismo:
La administración científica no tenía que ver únicamente con medir el trabajo y aumentar la productividad, sino también con el disciplinamiento y el control. Tal como demuestran los largos años de batalla de Taylor, siempre que tuvieran conocimiento del proceso de trabajo completo, los trabajadores mantendrían cierto control sobre el ritmo de trabajo. (p. 77)
Esto lo dice Harry Braverman en Trabajo y capital monopolista:
Todo paso en el proceso del trabajo está divorciado, lo más posible, de un conocimiento o entrenamiento especial y reducido a trabajo simple. Mientras que las relativamente pocas personas a las que está reservado el conocimiento y el entrenamiento se ven liberadas, lo más posible, de las obligaciones del trabajo simple. En esta forma, todos los procesos del trabajo se ven dotados de una estructura que polariza en sus extremos a aquellos cuyo tiempo es infinitamente valioso y a aquellos cuyo tiempo casi no vale nada. (p. 77)
Trabajar “por encima de la API”
Así te evitas trabajar como esa / para esa API. Claramente relevante en Foundational models. Hace referencia a este artículo de Peter Reinhardt: Replacing Middle Management With APIs.
2. Autemporizador incorporado
No sabía yo esta historia. Soy protestantismo!
Como forma de protestantismo, el puritanismo del siglo XVII invitaba a la introspección y a una constante autoevaluación comparativa con unos altos estándares morales, práctica que in plicaba la escritura cotidiana de un diario en el que tomar nos de esa autoobservación y medición. (p. 96)
Hay un punto en el que se alcanza el límite de lo que un individuo puede hacer. La versión comercial de la gestión del tiempo también lo reconoce y por eso te aconseja «externalizar» partes de tu vida, que es la versión mercantilizada de la vieja intuición sobre las redes de apoyo. (p. 117)
Byung-Chul Han. Me recuerda a esta no aceptación de la finitud Patchwork (10). No resolvemos las cosas porque no aceptamos la muerte:
Esta misma ilimitación es lo que deja exhausto al sujeto de rendimiento. Entrenado para tener su mirada puesta en el infinito, nunca llega a albergar la sensación de haber alcanzado realmente una meta y, en cambio, exhibe la «autoagresión» del que es maestro y dominado en uno. Siempre está teniendo que «superarse constantemente a sí mism[a], saltando por encima de su propia sombra», frustrada por la brecha insalvable entre lo que es y o que podría ser. (p. 126)
Las notas estandarizadas (A a la F) también son influencia del Taylorismo (p. 128)
Salirse del crecimiento infinito es activismo
No todos los burnouts son iguales, pero…
La diferencia entre Linda y la persona precaria es que Linda sí puede permitirse pagar ese coste social. La similitud entre la Linda y la no-Linda es que el «temporizador» de la primera (la cultura de las bondades del superajetreo) y el «temporizador» de la segunda (el trabajo asalariado y una desventaja estructu-ral) comparten una raíz común. Apuntalan el mismo sistema, un sistema en el que el tiempo no es más que un recurso para obtener ganancias y en el que el resto de las personas no son más que competencia. Por lo tanto, por su bien y por el de todas las demás, Linda debería plantearse la posibilidad de pagar ese coste. (p. 136)
Y ojo con el privilegio. Esto lo dice Fred Hampton:
Yo no necesito tu ayuda. Lo que necesito es que reconozcas que esta mierda también te está matando a ti, aunque sea mucho más suavemente, idiota de mierda, ¿sabes? (p. 137)
Es decir:
si realmente eres un sujeto de rendimiento y eso no hace otra cosa que desgastarte, te sugiero que apliques un ajuste en la discrecionalidad: experimenta, en algunos ámbitos de tu vida, con lo que podría parecer mediocridad. Y, entonces, quizás tengas un momento para preguntarte a quién le parece mediocre eso, y por qué. (p. 137)
3. ¿Puede haber ocio?
Esto explicaría por qué la gente va a las mierdas que va…
Un estudio realizado ese mismo año mostró que dos quintas partes de los millennials estadounidenses elegían sus destinos para viajar en función de lo instagrameables que fueran. (p. 148)
FRASAZA:
…buscando nuevas formas de ser, solo encuentro nuevas formas de gastar. (p. 153)
Del ahorro del protestantismo al consumismo:
Algunos estudios sociológicos han señalado que, una vez. que el trabajo en la cadena de montaje dificultaba saber cómo de bien o de duramente había trabajado una persona, lo que se hacía visible era cuánto podía consumir dicha persona. (p. 155)
El ocio es un estado de ánimo
De Josef Pieper:
El verdadero ocio, como «una forma de ese callar que es un presupuesto para la percepción de la realidad», requiere la presencia de esa clase de vacío en el que te acuerdas del hecho de que estás viva. (p. 159)
Es posible encontrar el ocio aparte de las vacaciones, pero ayuda que no toda tu vida esté subsumida por la inseguridad, la ansiedad o el trauma. (p. 160)
El ocio es político:
Si estos espacios son santuarios, no es tanto por ser lugares que te permiten enterrar la cabeza en la arena sino por ser sitios donde se mantienen vivos diferentes lenguajes del tiempo y del ser. (p. 177)
La exigencia de unas jornadas más cortas se combinaba con la de acabar con el trabajo infantil, y los agitadores en este sent-de acabar con el trabajo infantil, y los agitadores en este sentido consideraban el tiempo libre como algo inherentemente dinámico sería un ámbito no solo para el disfrute sino tambiénn para la autoformación y la organización, lo que conduciría a unas demandas de más amplio espectro y a un mayor poder político. (p. 182)
4. Devolver el tiempo a su lugar
En la pandemia…
Muy a menudo, la diferencia entre trabajo y ocio eran tan solo dos pestañas distintas en el navegador. (p. 191)
Como curiosidad:
La palabra inglesa para «estación» (season) preserva cierto sentido de esa utilidad de las estaciones, pues procede del latín satio, que significa «sembrar». (p. 205)
Y la ecuación “el tiempo es dinero” no funciona al revés. (p. 220)
5. Un cambio de sujeto
Al sentarme ante mi ordenador portátil para ponerme a trabajar, me entró tal sensación de humillación por el contraste entre mis pedestres tareas y lo macabro del entorno que no fui capaz de decidir si prefería tener las persianas abiertas o cerradas. (p. 237)
Haz menos
Por supuesto, las elecciones personales en el marco de las estructuras que tenemos siguen teniendo importancia. Douglas Rushkoff, en Survival of the Richest: Escape Fantasies of the Tech Billionaires, hace esta sugerencia: «En vez de debatir sobre si comprar electricidad, gasolina o híbrido, simplemente quédese con el automóvil que tiene. Mejor aún, comience a compartir el automóvil, caminar al trabajo, trabajar desde casa o trabajar menos. (p. 263)
Cuando aceptamos que la crisis climática tiene una dimensión moral, hay determinadas cosas que estaban perdidas en la bruma y que de pronto se vuelven más claras, entre ellas su relación con otras injusticias fundamentales. Por ejemplo, la lógica manifiestamente utilitarista de las compañías energéticas y sus inversores puede compararse con la de quienes defendían la esclavitud en los Estados Unidos del siglo xIX, que también la trataban como una cuestión económica apolítica que merecía soluciones tecnocráticas. (p. 277)
El significado actual de «apocalipsis» procede de la época moderna; en inglés medio significaba simplemente «visión», «revelación» o incluso «alucinación». El mundo está llegando a su fin, pero ¿qué mundo? Piensa que muchos mundos han acabado ya, y otros muchos mundos han nacido y están por nacer. Piensa que no hay nada en ninguno de ellos que esté dado a priori. (p. 279)
6. Tiempos insólitos
Tal como afirma Marx en El Capital, «Après moi, le déluge» [Después de mí, el diluvio] es el lema de todo capitalista y de toda nación capitalista». (p. 286)
El origen de “plotting”:
En «Plotting the Black Commons», J. T. Roane utiliza el término plotting (‘conspirar’) para hacer referencia tanto a (1) los plots o parcelas de tierra de las plantaciones estadounidenses del siglo xIX que se entregaban a las personas esclavizadas para el cultivo de sus propios alimentos y plantas medicinales; (2) los plots destinados a enterrar a los muertos, en los que se mantenían las costumbres funerarias de África occidental como inspiración y adaptadas al nuevo contexto; y (3) el contexto más general del río y los «intersticios» que permitían buscar comida, esconderse y comunicarse de forma en-cubierta.” En todos los casos, las personas esclavizadas «utiliza-ron el plot como tiempo robado para desarrollar sus propias visiones independientes del yo, la familia y la comunidad». (p. 298)
Por ejemplo, en el siglo xx, habituados a vivir en una sociedad orientada a las tareas, la consideración que algunos lakotas | mantenían acerca de esa idea de que «el tiempo es dinero» es que esta conducía, en realidad, a la pereza «porque limitaba el trabajo a solo ocho horas al día, independientemente de si ese trabajo estaba hecho o no». (p. 299)
No sabía que había este sindicalismo!
…los trabajadores de Uber de distintos países estudiaron la actualidad financiera, anticiparon la oferta pública inicial de Uber y coordinaron una huelga simultánea en veinticinco ciudades para llamar la atención de los medios en el momento más oportu-no. Esto preparó el camino para la formación de una nueva organización laboral internacional llamada Alianza Internacional de Trabajadores del Transporte Basado en Aplicaciones (IAATW, por sus siglas en inglés) (p. 310)
7. Extender la vida
Es un tanatorio y los libros contienen las cenizas de miembros de familas!
(p. 330)
Una historia sobre adelantarse en el tiempo. Como me pasa a mi:
una pelota de la que sobresale un hilo dorado.? «Cada vez que tires del hilo —le dice la bruja—, el tiempo pasará más deprisa.» Pero debe utilizar el mecanismo con prudencia, pues volver a colocar el hilo es igual de difícil que hacer retroceder el tiempo. Como era de esperar, el niño no puede contenerse: ‘impaciente por volver a casa desde la escuela, tira del hilo; impaciente por casarse con la persona de la que se enamora, tira del hilo; impaciente por tener un hijo, tira del hilo. Demasiado pronto se encuentra que ha llegado al final de su vida con la sensación de no haberla vivido. (p. 331)
…llevar un registro minucioso de cómo empleamos nuestro tiempo, en un intento de ahorrarlo o de invertirlo de una forma más inteligente, lo que hace es, irónicamente, «aumentar la conciencia del pasar de los minutos que se pierden para siempre». (p. 331)
Cansado y resignado como algo positivo
Esto es también Ser data-driven no es de guapas XD:
Peter Handke compara el «cansancio que separa» (el agotamiento aislante del burnout), con un «cansancio que da confianza en el mundo» (o que se entrega a un lago), más resignado. La persona cansada y resignada, demasiado exhausta como para procesar lo que ve y obligada a sentarse, descubre algo que se desborda: el mundo, en todos sus detalles, con todos sus agentes en acción constante e infinitamente dispersos y con todos sus cambios, minuto a minuto.
Quizás «el sentido» no estaba tanto en vivir más, entendido literalmente como una vida más larga o más productiva, sino más bien en estar más viva en cada momento particular: un desplazamiento hacia afuera y a través, en lugar de un dispararse hacia adelante por una pista estrecha y solitaria. (p. 343)
B. J. Miller, médico de cuidados paliativos:
«Para mí, la muerte es cuando ya no puedo establecer vínculos con el mundo que me rodea; cuando ya no puedo asimilar nada y, por tanto, no puedo conectar». (p. 344)
Algo parecido dice Viktor Frankl:
ser humano significa profundamente estar abierto al mundo, es decir, a un mundo repleto de otros seres con los que mantener encuentros y de significados por completar. (p. 356)
Pensando en sus diarios:
valoro el proceso por la forma en que disipa el mito de la existencia de un yo acabado. Lo que pensé al contemplar los dos diarios fue: tengo treinta y cinco años y sigo buscando «eso». (p. 362)
Como la meditación:
He llegado a contemplar ese estado verdaderamente vivo y de disolución del ego menos como una meta que alcanzar y más como algo similar a la lluvia. Viene y se va, y cuando viene, lo aprovechas y das gracias. (p. 369)
Conclusión. Partir el tiempo por la mitad
La anticipación del duelo. Me pasa mucho. De Ajahn Chah, un maestro de meditación tailandés:
¿Ves esta copa? Me encanta su cristal. Contiene el agua de una forma admirable. Cuando le da el sol, refleja la luz maravillosamente. Si la toco, produce un sonido encantador. Sin embargo, para mí esta copa ya está rota. Cuando la derribe el viento o cuando mi codo la tire de su estante y caiga al suelo y se haga añicos, diré: «Claro». Pero cuando entiendo que esta copa ya está rota, cada minuto que tengo con ella resulta precioso. (p. 375)
Pero ojo, hay que estar ahí:
«Acabemos con esto de una vez», dice el sujeto acongojado y descorazonado, incapaz de disfrutar de su copa, que ya está rota. (p. 376)
Si tus prioridades son la velocidad y la necesidad de mantenerte siempre a la vanguardia, por delante de los demás, es imposible que la duda te parezca otra cosa que un coste ,como esos «retrasos» e «interrupciones» de lo inevitable, de lo evidente y dado por sentado, que Daniel Hartley identifica en «Antropoceno, capitaloceno y el problema de la cultura». Pero para cualquiera que piense en el progreso como el camino hacia una muerte segura, la duda resulta un salvavidas, un pequeño espacio para la agencia… (p. 390)