Why did I want to read it?

Por el Club de lectura de Ubik de Septiembre. Pero además le tenía el ojo echao ya de antes, me flipaba una frase de la sinopsis:

Leerla es rebelarse contra lo que toca y desenmascarar a los malos como lo que son, aunque ellos no lo sospechen: un aburrimiento.

Ese es el sentimiento más intenso que tengo cuando doy con un “villano” en la vida real: ABURRIMIENTO.

What did I get out of it?

Aunque hay una contraposición entre alguien con ganas de vivir (el prota) y dos personajes horribles (Sixto y Pacomio), no es una novela luminosa (como también dice la sinopsis), sino bastante de recreación en la propia bilis al describir las vidas de estos cuadros de comedor, que por supuesto tenían que ser hombres.

Es cierto que también está Bertrand, un hombre que según cómo definas el éxito…puede ser su verdadera imagen: una persona que trabaja unos pocos días al año, vive humildemente pero a su bolísima y con curiosidad.

Pero el foco son esos dos personajes horribles, que son horribles de maneras muy distintas pero con un nexo común, que es que son odiados por todo su alrededor:

Sixto es el típico Dunning-Kruger que persigue el éxito cómo sea (como sea pero no buscando la mejora en su labor). Me recuerda a un ex-jefe. Pacomio es la aversión total a la incertidumbre. Los dos carne de votante de la ultraderecha.

Uno de esos partidos-escoba en los que tienden a recalar los torpones sin expectativas como él, y que van recogiendo para tropa de base a los rezagados que no saben que lo son. Una entidad respaldada por los que te amargaban la niñez mandando a Astérix a achicharrarse al infierno sólo por haber nacido a destiempo. E importunando de paso con sus mitos y sus supersticiones a todos, hubieran nacido antes o después. Un tostonazo de gente. (p.191 )

Highlights

Sixto

Era la suya una impertinencia que él tomaba por sinceridad, forma de corrupción de la conducta muy frecuente entre personas que se sienten superiores pero que se intuyen inferiores, y con la que aspiran a nivelar sus decalajes. (p. 25)

Qué pillería!

Antes de enviarlo, los guionistas avezados pegan dos hojas del texto con un ligero roce de pegamento en barra. La productora suele devolverlo con un NO. Pero el guio-nista, mirando si las dos páginas siguen pegadas, al menos puede comprobar si en la empresa siquiera lo han leído. (p. 28)

No es ilegítimo ser un «bastante inútil», que cada uno tenemos puestras limitaciones. Lo que lo estropeaba todo era la arrogancia altiva con la que él lo era. (p. 46)

Cuando no celebran el cumple de Sixto pero sí el del prota (en el día de su cumple):

Lo violento de esta venganza a una fue su ausencia de violencia. (p. 67)

Pronto le entró el desasosiego de quien no sabe manejar la aguja. (p. 75)

Pacomio

Esto lo hacía mucho mi padre, y yo me doy cuenta que lo hago sin querer con Humber, por las mismas razones (inconscientemente):

Polemizar a la mínima, porque era su herramienta para su verdadero fin: engendrar más discusión, luego más discurso, luego más rato de charla, luego más com-pañía. Combatir llena más tiempo que concordar. (p. 101)

Es que francamente, ni teoría de los sabores de la moral de 📖 The Righteous Mind, ni hostias:

La democracia le sonaba a que la gente follaba y a ver por qué él no. Como en su vida activa apenas lo cató, se hizo na-cionalcatólico y alegaba que su desierto era consecuencia de su ideario, no de que no encontrara oportunidad. El parlamentarismo le caía mal porque dejaba al descubierto que no sabía que hacer con su puto albedrío. (p. 105)

… el patriota no había salido de dos o tres calles en su vida. (p. 102)

La pobreza es una contingencia revestida de dignidad, un estimulante punto de partida, una eventualidad muy didáctica y, si se puede, acaso reversible. Para Pacomio, que no veía la suya por ningún lado, era en cambio un estado humillante. Él lo arreglaba sintiéndose clase media, y a correr. Pero pobreza era. Y en su escenario hogareño, lo que no era pobreza era desidia. (p. 123)

Dice el prota que conviviendo con Pacomio le dan episodios de “abrasamientos nocturnos”, que yo interpreto como ponerse negro. Le hace un documental humillante y eso… le da paz? Por qué?

No sé cómo quedó. A mí desde que lo hice se me pasaron. los abrasamientos y las pesadillitas. (p. 124)

Referido a otro personaje también luminoso. Cosmic Insignificance Therapy.

No tener ansias de gloria blindaba contra todo tipo de pesares y le hacía inmune a los microchantajes de la vida laboral cotidiana (…) La cuarta o la quinta parte de la narrativa mundial versa sobre unos mendas que al llegar a los cuarenta (como los de Bertrand) se dan cuenta de que sus sueños, qué fatalidad, no se han cumplido. (p. 131)

Fracasar es una experiencia gour met al alcance de todos los bolsillos. (p. 177)

Otras notas

OMG, qué recuerdos

Nos fuimos a Arenas de San Pedro (p. 143)

¿Será verdad que Ávila es un putiferio?

Vengo a avisar de que lo que al menos yo me encontré fue un recinto de lujuria (…) Conocí a mujeres que me utilizaron como un trasto. Cómo me enorgullece haber merecido ese estatus. (p. 166-167)