Why did I want to read it?

Me llamó muchísimo la atención el estudio del capitalismo desde el deseo. Tanto el cómo puede pen las clases trabajadoras desear el fascismo en contra de sus propios interés como el cómo trascendemos el capitalismo si deseamos parte de lo que produce (y no basta con la represión de ese deseo si no desear otras cosas).

What did I get out of it?

Me gusta mucho como enmarca el problema y veo ideas chulas, pero se me queda corto estas cinco clases que contiene para entender mejor por dónde irían los tiros de trascender el capitalismo.

Introducción. No más mañanas de lunes deprimentes (por Matt Colquhoun).

nuestro deseo de postcapitalismo está siempre ya capturado y neutralizado por el propio capitalismo? ¿Cómo se supone que tenemos que combatir la “intensificación del deseo de bienes de consumo, financiado mediante el crédito”?! ¿Deberíamos siquiera intentarlo? Para Fisher, la respuesta a este problema no puede ser, como sugiere Mensch, una aspiración reaccionaria a un primitivismo precapitalista; las “atracciones libidinales del capitalismo de consumo” señala, “deben ser enfrentadas por una especie de contralibido y no simplemente por una deslibidinización depresiva”. (p. 18)

Hostia, que los hippies también eran capitalistas!

Para Fisher, autoinducirse un estupor aletargado, químicamente o por cualquier otra vía, era ser funcional al capitalismo, como dejándose llevar por una “compulsión de repetición” freudiana a implementar de manera artificial la captura cognitiva del capitalismo desde dentro, demostrando así la “marcada tendencia [del organismo humano] a buscar e identificarse con los parásitos que lo debilitan pero nunca lo destruyen del todo”.” (p. 8)

Cuando un ente empieza a actuar en contra de lo que es mejor para sí mismo, a destruirse -como, tristemente, observa Spinoza, suelen hacerlo los humanos-, es porque fuerzas externas se han apoderado de él. Ser libre y feliz implica exorcizar a estos invasores y actuar conforme a la razón. (p. 9)

Lo que cambió al punto de volverse irreconocible es la atmósfera existencial y emocional. Las poblaciones están resignadas a la tristeza del trabajo, aunque se les diga que la automatización está haciendo que sus trabajos desaparezcan. Debemos recuperar el optimismo de ese momento de los setenta, del mismo modo que debemos analizar cuidadosamente toda la maquinaria que desplegó el capital para transformar la confianza en abatimiento. Entender cómo funcionó este proceso de deflación de la conciencia es el primer paso para revertirlo. (p. 15)

Leyendo en voz alta Economía libidinal, el libro endiabladamente difícil de Jean-François Lyotard de 1974, Fisher se deleita con los pasajes más polémicos de la obra, donde avotard parece profetizar la mirada condescendiente que se a sobre James Turner Street, a fin de dejar en evidencia os productores de la serie que “no se atreven a decir lo nico importante que hay que decir, que se puede gozar tragándose el semen del capital, las materias del capital, las barras de metal, los poliestirenos, los libros, los rellenos de las salchichas, tragando toneladas de todo eso hasta reventar”.? (p. 27)

“No muy por debajo del ‘sí ebrio de deseo’ yace el no del odio, la ira y la frustración: no hay satisfacción, no hay diversión, no hay futuro. Estos son los recursos de la negatividad con los que creo que la izquierda tiene que volver a conectar”. (p. 32)

¿Quién puede convertir este afecto negativo en un nuevo proyecto político?“34 ¿Quién se apoderará de esta desafección químicamente mitigada para lanzarla contra el establishment? (p. 31)

Estos escritores aceleracionistas señalaban que, si bien el capitalismo continúa desarrollándose a velocidades exponencialmente mayores, nosotros, en cuanto sujetos contemporáneos del capitalismo, no podemos seguir el ritmo del sistema dentro del cual estamos encerrados. Como resultado, la cultura se estanca y entorpece el funcionamiento del sistema mismo, que responde apaciguando nuestros deseos a través de medios superficiales y nos hace languidecer en el fin de la historia. (p. 34)

Noys depositaria de la creencia de que “si el capitalismo genera sus propias fuerzas de disolución, entonces lo que se necesita es radicalizar el propio capitalismo: cuanto peor, mejor” (p. 35)

Cuando Pete Wolfendale más tarde argumentó que nunca nadie había sostenido esa posición, estaba intentando aclarar que el aceleracionismo, en su nueva modalidad, “no consiste en absoluto en acelerar las contradicciones del capitalismo. Lo que sea que esté siendo acelerado, y hay serios y significativos desacuerdos al respecto, no son las contradicciones, y cualquiera sea la transición a la que esta aceleración apunte, no es el colapso social”. (p. 35)

Clase 1. Qué es el postcapitalismo

En los sesenta, en la contracultura, las personas intentaron vivir de otra manera, de una forma más colectiva y comunal. No funcionó. Se estancó. Fracasó. Salió mal. Es interesante que el argumento de Willis plantea que parte del problema fue la impaciencia. Las personas creyeron que estas estructuras se podrían superar muy rápidamente. Pero estas estructuras son sumamente tenaces y se reafirman allí donde no se las desmantela una y otra vez. (p. 58)

Vs. el leninismo, entendido como la necesidad de una pequeña élite (un partido) dirigiendo a la clase subordinada:

“Las luchas y los sucesos del movimiento feminista, vagamente relacionados entre sí, fueron capaces de movilizar una transformación social a una escala sin precedentes, sin recurrir a un partido de vanguardia o a cualquier otra de las ‘necesidades’ que hemos llegado a asociar con la organización política. (p. 81)

No se opone a Foundational models! De hecho, los necesitamos en el postcapitalismo,

Automatización plena: “Sin una automatización plena, los futuros postcapitalistas deben escoger necesariamente entre la abundancia a expensas de la libertad (haciéndose eco de la centralidad del trabajo en la Rusia soviética) o la libertad a expensas de la abundancia representada por la utopía primitivista”. Y en todo caso, ¿cuánta libertad podemos realmente tener sin abundancia? (p. 91)

Me gusta la honestidad de esto… pero qué bajón porque entonces te escaqueas de hacer el ejercicio de si tus ideas funcionan de verdad.

Estudiante #9: …Sí, pero en la escuela me enseñaron que, una vez que los sueldos suben, también sube la in-flación, así que es difícil obtener buenos salarios porque, una vez que el ingreso básico universal.. MF: …Dios, no sé nada de economía… [Se ríe.] ¡Estaba intentando saltarme este tema! [Se ríe.] (p. 94)

…recordemos la ética de trabajo protestante, que era una especie de evaluación religiosa del sufrimiento: el sufrimiento es intrínsecamente valioso en sí mismo. (p. 97)

Adió, que Peter Drucker tiene libro sobre el postcapitalismo: 📖 POST CAPITALIST SOCY (p. 99)

Clase 2. Deep dive del deseo

Porque a lo que la pulsión de muerte parece apuntar en última instancia, al menos en una de sus variantes, es a la aquiescencia, a la paz, a la calma absoluta, a la liberación respecto del deseo mismo. Esto es lo que se conoce como el “principio de nirvana”. (…) Esta es una de las formas en que Freud empieza a pensar la pulsión de muerte. La pulsión de muerte tiene que ser trastocada en su finalidad, y así es como Marcuse la analiza fundamentalmente: las pulsiones eróticas están ahí para impedir que la pulsión de muerte alcance la aquiescencia. El organismo encuentra su propio camino hacia la muerte; esta es la línea que sigue Marcuse. (p. 118)

Muchos lacanianos adoptan esta otra visión de la pulsión de muerte. Como Zizek. La pulsión de muerte no apunta a la muerte, a un estado final de aquiescencia. Apunta más bien… No quiero decir a una indiferencia a la muerte. (p. 119)

La tesis de El malestar en la cultura es que el malestar es inherente a la civilización. Es imposible imaginar una civilización en la que el malestar haya sido desterrado (…) un antagonismo entre la civilización y el placer. ¿Por qué? Bueno, la idea era que, básicamente, si a las personas se les permitiera disfrutar, si se les permitiera perseguir su placer todo el día, entonces ino harían nada!… (p. 120)

Pero aquí hay un punto que Marcuse retomaría. ¿Cuáles son los supuestos detrás de esto? ¿Cuáles son los supuestos detrás de la idea de que este nivel de malestar es necesario? El supuesto fundamental es la escasez. Escasez quiere decir: lucha por los recursos; (p. 121)

Parece que lo que Freud llamaba deseo de la madre en realidad era ansiedad de separación. (p. 124)

Tengo muchos problemas con el término “comunidad”, en gran medida porque ha sido fácilmente apropiado por la derecha. Pero también porque implica un adentro y un afuera. Algunos están dentro de la comunidad y otros están fuera de ella. Yo solía tener un eslogan: “Cuidados sin comunidad”. ¿No es eso lo que queremos: un lugar donde se pueda cuidar del otro sin importar si pertenece o no a la comunidad? (p. 143)

¿No es parte de la función de la familia para el capitalismo refrenar nuestros deseos de colectividad? Es un deseo que solo puede ser satisfecho por grupos colectivos el que se expresa en una forma que a menudo es chauvinista, que es competitiva, que está definida tanto por lo que excluye como por lo que incluye. (p. 144)

Clase 3: de la conciencia de clase a la conciencia de grupo

El proceso de toma de conciencia:

Todo lo que se necesita es que los miembros del grupo se reúnan, y cuando hablen entre sí, de manera honesta y abierta, empezarán a ver que tienen problemas e intereses en común y que la causa de esos problemas no son ellas, sino otra cosa. La revelación sería sencillamente “no soy yo, es el patriarcado”. “No limpio la casa lo suficiente; siempre me siento mal por no hacerlo.” El problema no es que no hayas limpiado la casa lo suficiente. (p. 153)

el segundo paso de la ideología es invisibilizarse a sí misma. La ideología no viene y dice “yo soy la ideología”. La ideología dice “yo soy la naturaleza, y así son las cosas”. Probablemente no hable, pero incluso en mi metáfora tampoco necesita decir nada. Somos nosotros quienes debemos pensar en respuesta a ella. Así son las cosas. No pueden ser diferentes. (p. 154)

podríamos decir que parte de las dificultades que las personas experimentan cuando luchan contra determinadas cosas… El patriarcado, al igual que la ideología, no va a venir aquí anunciándose a sí mismo. (p. 155)

Podría ser un argumento contra el 📖 Remote - Office not required:

Ellos saben cómo se produce la conciencia de clase. Porque es más fácil producirla en condiciones en las que existe una proximidad física. Cuando las personas pueden hablar entre sí… Cuando las personas tienen experiencias comunes y pueden hablar sobre ellas, entonces tienen el potencial de desarrollar muy rápidamente una conciencia.

“Así pues, si la reificación es la realidad inmediata necesaria para todo ser humano que viva bajo el capi-talismo, su superación no puede asumir otra forma que la tendencia ininterrumpida y siempre renovada a romper prácticamente la estructura reificada de la existencia mediante una referencia concreta a las contradicciones, concretamente manifiestas, del desarrollo general, mediante la toma de conciencia del sentido inmanente que tienen esas contradicciones para el desarrollo general.” Se trata, una vez más, de la totalidad versus la inmediatez. “Esta realidad no es, sino que deviene.” (p. 184)

Clase 4. Poder sindical y poder del alma

Lo conecto con How Much Agency Do We Actually Want:

El fordismo básicamente acepta una imagen del trabajo más o menos estable, con un horario de nueve a cinco. Incluso presupone un trabajador masculino y blanco. Por lo tanto, las demandas tienen que ver con la remuneración por ese trabajo. En este sentido, en el modelo fordista se intercambia aburrimiento por seguridad. Pero esta seguridad no es suficiente. Lo que se demanda es un cambio en la calidad del trabajo, en cómo es el trabajo. Y eso es en parte una presión de los poderes hedonistas de la contracultura. (p. 194)

La resignificación de la clase:

Así, el ascenso de la derecha, desde los setenta, de la derecha neoliberal, tiene que ver con esta identificación pequeñoburguesa. Puedes conservar tu identidad, y a la vez puedes enriquecerte y trabajar por tu cuenta, sin perder los rasgos de tu subjetividad o la vida existencial que identificas como lo que te define. Puedes conservar esos rasgos, que son lo que se entiende como los elementos de la clase. En esencia, las cualidades culturales -tu manera de hablar, tu comportamiento, determinados tipos de valores, etc.- de la clase trabajadora a la que perteneces pueden seguir siendo las mismas, pero puedes hacerte mucho más rico. (p. 204)

Una vez más, cuanto menos capas de identidad, mejor:

Pero, si se nos invita a entendernos a nosotros mismos en función de los rasgos que se supone que ya poseemos, esto es una forma de reificación. X es igual a X. Somos aquello con lo cual ya nos identificamos. Supongo que una de las cosas que las recientes elecciones en los Estados Unidos pusieron de manifiesto es este viejo tropo de la política de clase versus la política de la identidad, pero lo que digo es que la razón por la que esto ocurre es la escisión que produce el reclutamiento de luchas como las género y raza en el bando de la identidad antes que en el modelo de la clase. No tenemos por qué ver las luchas raciales y de género como luchas identitarias. (p. 210)

Muy 📖 Pornocracia Por qué el mundo actual nos agota (que referencia a Fisher constantemente):

Precisamente porque [estas expresiones culturales] tenían tanto potencial de transformación fue que pudieron ser tan mercantilizadas retrospectivamente. Porque la energía de transformación se convierte entonces en una especie de libido residual. Cuando las condiciones para la lucha ya no están dadas, se puede seguir apelando a esa libido, la libido transformadora. Y eso es lo que [el capital] tiene que hacer sin cesar. El capital siempre está hablando de lo “revolucionario”. La palabra “revolución” es hoy un identificador clave de la mercancía… (p. 219)

Lyotard:

los desocupados ingleses no se han hecho obreros para sobrevivir, han gozado- agárrense fuerte y escúpanme encima [MF: ;Me encanta esto! (Risas.)]- el agotamiento histérico, masoquista, y no sé qué más, de aguantar en las minas, en las fundicio-nes, en los talleres, en el infierno, han gozado en y de la loca destrucción de su cuerpo orgánico que les era ciertamente impuesta, han gozado de que se les impusiera, han gozado de la descomposición de su identidad personal, de esa identidad que la tradición campesina les había cons-truido, han gozado de la disolución de las familias y de los pueblos, y han gozado del nuevo anonimato monstruoso de los suburbios y de las cantinas de la mañana y de la noche. (p. 225)

¿Entonces Lyotard está diciendo que Marx-o el marxismo- goza del capitalismo y de no acabar con él porque de lo contrario perdería su cultura de la crítica? (p. 237)